Sería genial tener otro par de ojos.
Pero tienen que estar bien pegados a mi cabeza. Lo suficiente para poder ver bien; pero no mucho para que no sean iguales a los que tengo. ¡Y que estén al revéz!
Porque los que tengo ahora ven todo lo bueno y lo malo alrededor mío. Los que tengo ahora ven cuando alguien tiene mal carácter, malos hábitos, mala intensión. Los que tengo ahora miden a las personas y juzgan a los buenos, los malos y los regulares.
Los ojos que tengo ahora me ayudan a cuidarme de personas que me puede hacer mal. Me cuidan de los interesados y orgullosos, de los ineducados y malcriados, de los sucios e ignorantes.
Estos ojos que tengo ahora distinguen a los que me sirven y a los que me convienen. Me avisan de los generosos, cariñosos, y adecuados. Estos ojos ven muy bien hacia afuera.
Necesito otro par de ojos para ver clarito cuando yo sea bueno, malo o regular.
Quiero un par de ojos que me avisen cuando tenga mal carácter y cuando sea orgulloso.
Quiero un par de ojos que me digan cuando debería ser más generoso y cariñoso.
Quiero un par de ojos que vean bien para dentro.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Me recordaste a Saint-Exupéry: "Lo esencial es invisible a los ojos". Sobre el tema de los ojos, nuestra cultura tiene mucha producción. Miles de refranes, de frases, de axiomas famosos. Ojos que no ven..., mirar la paja en el ojo, ojo por ojo y así muchísimos. Me gusta tu enfoque: mirar para adentro.
ReplyDeleteCreo que si todos tomaramos consciencia de esto el mundo sería diferente. No existiría la envidia, el egoísmo, la crítica y tantos males que aquejan la sociedad por el simple hecho de juzgar a los demás y mirar los defectos y las deficiencias del otro sin mirarnos primero a nosotros mismos...
ReplyDeleteMe pareció excelente esa reflexión. Ya que siempre estamos juzgando a los demás y no ponemos atención a lo que nosotros hacemos. Es cierto, cuando se trata de nosotros es difícil o complicado decir si somos buenos o malos, pero debemos de hacer el esfuerzo y autoexaminarnos más seguido. Porque muchas veces lo que no nos gusta de los demás son nustros propios defectos que vemos reflejados en esas personas!!!
ReplyDelete!Que reflexión más bonita y cierta! El ser humano siempre ha tenido esa cualidad, el juzgar a los demás antes que a nosotros mismos. Y por más que uno lo intenta, nunca vamos a ser perfectos, siempre vamos a tener alguno que otro defecto que a veces nos representa y nos dice quiénes somos en realidad. Por eso, me encantó tu entrada Pablo, además de ser muy profunda, es muy pero muy cierto.
ReplyDelete